Estrenada una década después de El viento se levanta, el nuevo filme de Miyazaki es una creación única y singular, no sólo porque junto a Studio Ghibli el cineasta continúa su apuesta allanar los caminos que la animación hecha a mano le deparen, sino porque, a pesar de volver a visitar numerosos temas de su obra previa, esta vez parece llevarlos en una dirección impar y casi caprichosa. Por un lado somos testigos de la épica aventura de un chico que se sumerge en un mundo fantástico en busca de su madrastra (hermana gemela de su madre fallecida). Por otro, la cinta va perfilando el escondido retrato del creador de ese mundo de fantasía, un poderoso demiurgo cuyo enorme poder comienza inevitablemente a eclipsarse.
Es inevitable pensar que el cineasta, pasados los ochenta años, ha comenzado a sentirse reflejado por ambas figuras, por sus luces y sus sombras y también por los límites que humanamente estas trazan. De eso y más se habla en este podcast.