Historia de la Imagen y Advocación de Nuestra Señora de Copacabana de Guarenas

Campanario Urbano

16-11-2022 • 8分

En el año 1580, los caraqueños sufrían las consecuencias de aquella terrible epidemia de la viruela. Por ello, erigieron una capilla que consagraron a San Pablo el Ermitaño.

Es así, como en el año 1596 se recibe en Caracas y proveniente del Alto Perú una imagen de la Virgen de Copacabana tallada en cedro, la cual fue entronizada en el altar mayor de la Ermita de San Pablo.

El Obispo Fray Antonio de Alcega oficializó su culto en Venezuela en 1607.

En 1880, la Ermita de San Pablo fue demolida para construir el Teatro Guzmán Blanco, hoy Teatro Municipal de Caracas, extraviándose la imagen de la Virgen de Copacabana.

Fechado en 1770, existe un pequeño grabado en madera a tres piezas de José Sebastián Picabea, quien fuera dorador de madera en Caracas, donde nos muestra cómo era la estatuilla de Nuestra Señora de Copacabana que se veneraba en la Capilla de San Pablo.

A diferencia de la iconografía boliviana, esta imagen no llevaba en brazos al Niño Jesús ni portaba una vela.

En 1621, el Capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el padre Gabriel de Mendoza fundaron el pueblo de indios Huerenas bajo la protección de Nuestra Señora de Copacaguan.

En 1626, se recibió en Guarenas la imagen de Nuestra Señora de Copacabana que hoy veneramos en su Catedral.

La imagen de la Virgen de Copacabana de Guarenas es muy semejante a la que se veneraba en la Capilla de San Pablo. Así lo dejó saber el Obispo Mariano Martí, quien en su visita pastoral a Guarenas el 23 de marzo de 1784 dejó asentado que la imagen de la virgen venerada en Guarenas se asemejaba a la que para ese entonces se veneraba en la Ermita de San Pablo en Caracas.

Es así como para el primer tercio del siglo XVII se veneraban ambas imágenes de la Virgen de Copacabana, una en la Capilla de San Pablo en Caracas y otra en la iglesia del recién fundado pueblo de Guarenas.

Nuestra Patrona es una talla de cedro, muy menudita y de 16 centímetros de alto, estando de pie y con las manos cruzadas a la altura del pecho; descansa sobre un copón con una media luna horizontal y está rodeada por un limbo dorado que le otorga gran esplendor.

Por más de tres siglos la Virgen de Copacabana de Guarenas estuvo cubierta por mantos de color azul, elaborados en tafetán, con alegorías de flores y perlas, con bordados de hilo dorado.

A inicios del nuevo milenio, la imagen comenzaba a evidenciar deterioro, en especial la cabeza y rostro de la Virgen. Por ello, muchas guareneras donaron collares, zarcillos y anillos, los cuales se fundieron para bañar en oro la imagen y peana de la Virgen.

Y para evitar el deterioro que producen los rayos solares, comenzó a salir en procesión una réplica de mayor tamaño.

Guión: Pablo Muro.

Narración: Irma Quiñones.

Música: Ave verum corpus (Wolfgang Amadeus Mozart).