Los Amorcillos de Guarenas

Campanario Urbano

09-09-2023 • 2分

En la Guarenas del año 1900, sus pobladores disfrutaban de una apacible plaza ubicada en el Pueblo Arriba, justo frente a la iglesia Nuestra Señora de Copacabana, la cual ya contaba con sus naves edificadas en mampostería de caña y adobe.

Esta plaza dejaba ver un sobresaliente samán en su parte central, así como dos hermosos chaguaramos.

Para esa época, la plaza estaba en plena remodelación, con una casa de gobierno culminada en un 50% y un estanque en su zona sur, en el cual se instalaría un busto del Libertador.

Además, hacia su zona este, la plaza contaba con una fuente circular en cuyo centro reposaba una escultura del siglo XIX.

En la madrugada del 29 de octubre de 1900, Guarenas recibió el impacto de un desastroso terremoto que dejó tristes huellas en la población.

Aquella plaza del Pueblo Arriba no fue ajena a los embates de este fenómeno natural.

Cinco años más tarde, en 1905, durante la presidencia de Cipriano Castro, la plaza estaría siendo reinaugurada, llevando por primera vez el epónimo de nuestro Libertador.

Con la promesa de erigir a esta plaza con el nombre de Simón Bolívar, los pobladores no tuvieron objeción en que le fuera retirada su fuente. Para ellos, en la Plaza Bolívar solo debía existir una escultura: El busto del Libertador.

La escultura de la fuente sería entonces llevada a la nueva plaza construida en La Llanada del pueblo, convirtiéndose en un ícono de Guarenas y complementando el paisaje urbano encabezado por la Iglesia de La Candelaria, la cual se encontraba edificada en su totalidad desde 1887.

Esta obra es del escultor y fundidor de metales parisino Emile Antoine Durenne, quien a partir de 1857 logró convertir al hierro en un material perfecto para el arte monumental, dotándolo de una calidad y textura que hasta ese entonces solo se había logrado con el bronce.

Sus grupos escultóricos en hierro fundido decoran hoy en día fuentes en distintas ciudades y pueblos de España, Rusia, Guinea, Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Colombia y Brasil.

Una de las esculturas recurrentes de Emile Antoine Durenne fue la de los amorcillos, término con el cual se define a los niños desnudos en la mitología clásica.

Emile Antoine Durenne realizó sus esculturas de amorcillos entre 1880 y 1885. Una de ellas es la que se conserva en Guarenas, la cual muy probablemente arribó al país durante la presidencia de Antonio Guzmán Blanco.

Totalmente inspirada en la escultura del Renacimiento Italiano, Durenne evoca en esta obra la traída de las aguas, mostrando a dos amorcillos que llevan un jarrón con bozales de leones de los cuales emana el agua.

La escultura ubicada en la fuente de la Plaza La Candelaria de Guarenas es una obra invaluable de apreciación mundial, que debe ser preservada y dada a conocer con sentido de pertenencia.


Guion: Pablo Muro Garmendia.

Narración: Trina Acevedo.

Visita: https://campanariourbano.com