La técnica de la meditación nos permite llegar hasta las alturas de la Iluminación y de la Revolución de la Dialéctica.
Debemos distinguir entre una mente que está quieta y una mente que está aquietada a la fuerza.
Cuando la mente está aquietada a la fuerza, realmente no está quieta, está amordazada por la violencia y en los niveles más profundos del entendimiento hay toda una tempestad.